Todos los caminos llevan a... la colonia "Roma", de Alfonso Cuarón.

 



Roma es sin duda, una de las obras más influyentes del mundo en los últimos años, que cuenta desde una perspectiva latinoamericana los conflictos socioculturales de una familia de clase media a través de Cleo, una mujer de origen indígena que padece los sinsabores de la vida en aquél entorno ambientado entre los años 1970 y 1971. “Roma” es un filme mexicano dirigido por Alfonso Cuarón, galardonada en diferentes certámenes y alabada por los críticos del mundo del Cine.





Protagonizada por Yalitza Aparicio, interpretando a Cleo, personaje inspirado en la vida de Libora "Libo" Rodriguez en la época de infancia del Director Alfonso Cuarón; Libo, trabajaba en labores domésticas para su familia, y dicha historia se basó también en los recuerdos del propio Cuarón de niño. 



También fue estelarizada por Marina de Tavira, interpretando a Sofía; madre de familia que sustenta a sus hijos en medio de su crisis matrimonial con su esposo y las dificultades que ello le trae en su vida. Generando un contraste entre dos mujeres, que sienten, sufren y viven su vida bajo las imposiciones y las vicisitudes de su entorno, en una diferencia marcada de género, clases y diferencias entre ellas, resaltando el lado hegemónico de las circunstancias.



Para el filme, Cuarón enfatizó en un comienzo, una fiel y muy cercana impresión de sus recuerdos, incluyendo escenarios, hechos históricos, y hasta los propios personajes. Para el personaje de Cleo, Cuarón quiso para su interpretación, no una representación, sino que fuese interpretada realmente por una mujer indígena. Un exhaustivo casting le brindó la oportunidad a Yalitza Aparicio, una estudiante de Docencia que logró quedarse con el protagónico.



Cargada de emociones, melancolía, ternura y momentos desgarradores, “Roma” se apertura con el sonido del agua sobre el suelo, simulando el mar y referenciando a Cleo. A lo largo del filme, se le puede escuchar conversando en una lengua indígena de México, denominada Mixteco, junto a Adela, su compañera de trabajo; una acción que muestra a los espectadores una inferencia de lugar y de la cultura que ellas comparten entre sí.

 

Uno de los momentos para resaltar es precisamente en una de estas charlas, cuando uno de los cuatro niños que Cleo cuida, las escucha hablar y les pide que dejen de hablar así; es cierto que muchas veces se es ajeno a lo que no se entiende, sin embargo, los contrastes aparecen en otras escenas en donde se le escucha a Cleo cantándole una canción a la niña de la casa, mientras ella intenta seguirla, instantes en los que se puede apreciar la interculturalidad por un intento de aprender sobre ese mundo completamente externo y alejado de la familia.



Además de aprender el idioma paterno de su familia, el mixteco, Yalitza consiguió darle naturalidad a su personaje, dada a la dinámica cronológica y sorpresiva del rodaje. Yalitza consiguió ser nominada a los premios de la academia, comenzando una carrera de representación por los derechos de los pueblos indígenas en pro de la equidad y la educación, convirtiéndose en una de las celebridades más influyentes del mundo y siendo nombrada embajadora de buena voluntad por la UNESCO.



Los tintes del filme dan un salto a la segunda mitad del siglo XX, específicamente en una sociedad mexicana de comienzos de los setenta, poco abierta, con problemas referentes al machismo, el clasismo y la represión gubernamental, siendo parte de éste, los hechos históricos por la lucha estudiantil en América Latina. En el documental del filme “Camino a Roma”, Cuarón se refirió a dos de los hechos que marcaron su infancia,  La matanza de Tlatelolco en 1968 y La masacre del Jueves de Corpus, conocida también como El Halconazo, en 1971; esta última, recreada en el largometraje. Las situaciones que se desarrollan en esta obra, arrastran a los personajes a diversas situaciones impensables, siendo  así como el director logró capturar en pantalla los escenarios sociopolíticos y una época marcante de las movilizaciones en esta historia.


“Roma” también es un llamado a la memoria y la justicia, reconociendo las arduas batallas por las que México y el resto de América Latina tuvieron que enfrentar para dar paso a generaciones más críticas y reflexivas, bajo el ejercicio de la ética y el reconocimiento de los derechos humanos.


Escenas que transgreden la pantalla y una escala de grises que evidentemente remiten al pasado, son algunos de los componentes principales en la historia en la que se desenvuelve la pieza cinematográfica. Roma es un recuerdo, un espejo retrovisor hacia un pasado traído al presente y quizás también un suspiro que permanece… como ecos en el tiempo. Porque Roma, es el palíndromo del amor.

Por: Grupo Sanmajão.




No portugués:


Roma é sem dúvida uma das obras mais influentes do mundo nos últimos anos, que narra desde uma perspectiva latino-americana os conflitos socioculturais de uma família de classe média por meio de Cleo, uma mulher indígena que sofre as adversidades da vida naquele ambiente acontecido entre os anos 1970 e 1971. “Roma” é um filme mexicano dirigido por Alfonso Cuarón, premiado em diversos concursos e elogiado pela crítica do mundo do Cinema.


Estrelado por Yalitza Aparicio, no papel de Cleo, personagem inspirada na vida de Libora Libo Rodriguez na infância do diretor Alfonso Cuarón; Libo, trabalhava em tarefas domésticas para sua família, e essa história também se baseou nas lembranças do próprio Cuarón quando criança.


Também foi estrelado por Marina de Tavira, interpretando Sofia; mãe de família que sustenta os filhos em meio à crise do casamento com o marido e às dificuldades que isso traz para a vida. Gerando um contraste entre duas mulheres, que sentem, sofrem e vivem suas vidas sob as imposições e vicissitudes de seu meio, numa marcante diferença de gênero, classes e diferenças entre elas, evidenciando o lado hegemônico das circunstâncias.


Para o filme, Cuarón enfatizou, no início, uma impressão fiel e muito próxima de suas memórias, incluindo cenários, acontecimentos históricos e até os próprios personagens. Para a personagem de Cleo, Cuarón queria para sua interpretação, não uma representação, mas que ela fosse interpretada de fato por uma mulher indígena. Uma seleção exaustiva deu oportunidade a Yalitza Aparicio, uma aluna do magistério que conseguiu ficar na liderança.


Repleta de emoções, melancolia, ternura e momentos de partir o coração, “Roma” abre com o som da água no chão, simulando o mar e referindo-se a Cleo. Ao longo do filme, ela pode ser ouvido falando em uma língua indígena do México, chamada Mixteco, junto com Adela, sua colega de trabalho; uma ação que mostra aos espectadores uma inferência de lugar e cultura que elas compartilham entre si.


Um dos momentos a destacar é justamente em uma dessas falas, quando uma das quatro crianças que Cleo cuida, ouve conversas e pede que parem de falar assim; É verdade que muitas vezes se esquece o que não se pratica, porém, os contrastes aparecem em outras cenas em que Cleo é ouvida cantando uma canção para a menina da casa e tentando segui-la, momentos em que ela pode apreciar a interculturalidade. por uma tentativa de aprender sobre aquele mundo completamente externo e distante da família.


Além de aprender a linguagem paterna de sua família Mixtec, Yalitza conseguiu dar naturalidade à personagem, dada a dinâmica cronológica e surpreendente das filmagens. Yalitza conseguiu ser indicada ao Oscar, iniciando uma carreira representando os direitos dos povos indígenas em favor da equidade e da educação, tornando-se uma das celebridades mais influentes do mundo e sendo nomeada embaixadora da boa vontade da UNESCO.


Os matizes do filme saltam para a segunda metade do século 20, especificamente em uma sociedade mexicana do início dos anos setenta, pouco aberta, com problemas relacionados ao machismo, classismo e repressão governamental, sendo parte disso, os fatos históricos para a luta estudantil na América Latina. No documentário do filme “Camino a Roma”, Cuarón referiu-se a dois dos acontecimentos que marcaram a sua infância, O Massacre de Tlatelolco em 1968 e O Massacre da Quinta de Corpus, também conhecido como El Halconazo, em 1971; o último, recriado no longa-metragem. As situações que se desenrolam neste trabalho, arrastam as personagens para várias situações impensáveis, visto que o realizador conseguiu captar no ecrã os cenários sociopolíticos e um momento marcado das mobilizações nesta história.


“Roma” é também um apelo à memória e à justiça, reconhecendo as árduas batalhas que o México e o resto da América Latina tiveram que enfrentar para dar lugar a gerações mais críticas e reflexivas, no exercício da ética e do reconhecimento dos direitos humanos.


Cenas que transpassam a tela e uma escala de cinza que evidentemente remete ao passado, são alguns dos principais componentes da história em que a obra cinematográfica se desenrola. Roma é uma memória, um espelho retrovisor para um passado trazido ao presente e talvez também um suspiro que permanece… como ecos no tempo. Porque Roma é o palíndromo do amor.

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