El "Boom" Latinoamericano a través de las letras.
[ESPAÑOL]: En su artículo “Los intelectuales, el boom de la literatura latinoamericana y la Revolución Cubana”, la autora Adriane Vidal Costa retrata varios puntos de vista sobre la relación entre el período histórico entre los años sesenta y principios de los setenta en América Latina, marcado por la Revolución Cubana y por la amplia exposición y difusión de obras de importantes autores latinoamericanos, hasta ahora conocidos por selectos círculos de lectores, sólo en América Latina y Europa.
La autora revela sobre los principales autores responsables del boom literario, como Carlos Fuentes, Vargas Llosa, García Márquez y Cortázar; si bien, tenían características propias en cuanto a la construcción y estética de sus obras, formaron un grupo cohesionado que intercambiaba información, indicaciones textuales. y obras que mantuvieron una relación de amistad, quizás incluso familiar, sobre todo en España donde algunos vivían.
El autor Cortázar, quién sostuvo una mirada muy particular, señala que el aspecto positivo del “boom”, fue el reconocimiento de Latinoamérica como un territorio en donde no solo primaban las disputas sociopolíticas y territoriales, sino que también se producía literatura en la región. Es interesante puntualizar que las diversas traducciones que se hicieron en distintos idiomas demuestran el alcance que tuvo la literatura de América Latina hacia territorios distantes.
Además de la alta calidad de las obras, el auge fue impulsado principalmente por editoriales europeas e hispanoamericanas que se dieron cuenta de que, con la Revolución Cubana en marcha y la atención mundial sobre Cuba, la literatura latinoamericana sería lo suficientemente buena para comercializarse en todo el mundo.
Como destacó Gabriel García Márquez: “La revolución se ha convertido en un artículo de consumo. Latinoamérica ha entrado en moda ”.
Desde otra perspectiva, Cortázar dice que los responsables del boom fueron los propios lectores y, por tanto, los consumidores latinoamericanos que, en una conciencia colectiva, descubrieron autores formidables en su propio territorio.
También señala algunos puntos negativos del término “boom” ya que es un término americano con toda su hegemonía que caracterizó una aparición, hecho puntual de la época en que, para estos autores, se trataba de un movimiento literario con más de veinte años en desarrollo, lleno de heterogeneidad entre los autores.
Como señaló el autor, este auge recibió duras críticas, también provocadas por el escritor uruguayo Mario Benedetti, quien destacó la no inclusión de autores de referencia cubanos, reduciendo la literatura latinoamericana a unos pocos nombres en el género narrativo excluyendo nombres como Juan Rulfo, José Maria Arguedas, Marta Traba, Severo Sarduy y Guillermo Infante.
Además de un éxito comercial, este fenómeno consolidó a los autores latinoamericanos como puede ejemplificarse en esta lista de premios en su momento:
- El Premio Formentor, otorgado por el Congreso Internacional de Editores, fue otorgado a Borges en 1961.
- El Premio Biblioteca Breve, otorgado por Seix-Barral, fue otorgado a novelistas:
- Vargas Llosa por la obra “La ciudad y los perros”, en 1962*
- al mexicano Vicente Leñero por “Los albañiles”, en 1963
- el cubano Guillermo Cabrera Infante por “Tres tigres tristes”, en 1964
- al mexicano Carlos Fuentes por “Cambio de piel”, en 1967;
- al venezolano Adriano González León, por “País Portátil”, en 1968;
- al chileno José Donoso por “El obsceno pájaro de la noche”, en 1969;
*Te puede interesar: Lo invisible detrás de "La Ciudad y los Perros"
En la misma década, Miguel Ángel Asturias, de Guatemala, recibió el Premio Nobel de Literatura; el libro de Ernesto Sábato “Sobre héroes y tumbas” se convirtió en un éxito de ventas en Italia y “Cien años de soledad” de Gabriel García Márquez fue consagrado por Estados Unidos.
Desde el punto de vista de Rodríguez Monegal, estos escritos demostraron la vitalidad de América Latina; por un lado se hallaban los distintos orígenes de los pueblos que alberga, quienes se encontraban marcados por acontecimientos llenos destrucción, muerte, opresión, injusticia, y progresivo despojo de sus riquezas; y por otro lado, las “fabulosas utopías” instauradas por el espíritu de corte revolucionario incesante.
Ante el éxito de tantas obras, se hace evidente que el campo político y el mundo de las letras se entrelazaron en este período y se ayudaron tanto en el reconocimiento de la literatura y los autores latinoamericanos como en el uso de estas obras para legitimar el proceso revolucionario que tuvo lugar en Cuba.
Por: Grupo Sanmajão.
O BOOM LATINO-AMERICANO NAS LETRAS.
[PORTUGUÊS]: Em seu artigo “Os intelectuais, o boom da literatura latino-americana e a Revolução Cubana” a autora Adriane Vidal Costa retrata diversos pontos de vista acerca da relação entre o período histórico entre os anos 1960 e início 1970 na América Latina, marcado pela Revolução Cubana e pela ampla exposição e divulgação de obras de autores latino-americanos até então conhecidos por pequenos círculos de leitores apenas na América Latina e na Europa.
A autora revela que os principais autores responsáveis pelo boom literário como Carlos Fuentes, Vargas Llosa, Garcia Márquez e Cortázar embora tivessem características próprias quanto à construção e estética de suas obras, formavam um grupo coeso que trocavam informações, indicações de textos e obras que mantinham uma relação de amizade, talvez até familiar principalmente na Espanha onde alguns moravam.
O autor Cortázar, que sustentava um olhar muito particular, aponta que o aspecto positivo do “boom” foi o reconhecimento da América Latina como um território onde prevaleciam não apenas as disputas sociopolíticas e territoriais, mas também se produzia literatura na região. É interessante destacar que as várias traduções que foram feitas em diferentes línguas demonstram o alcance que a literatura latino-americana teve em territórios longínquos.
Além da alta qualidade das obras, o boom foi impulsionado por editoras principalmente europeias e hispano-americanas que perceberam que com a Revolução Cubana em curso e os holofotes do mundo voltados para Cuba, a literatura latino-americana seria suficientemente bons para serem comercializados mundialmente.
Como enfatizou Gabriel Garcia Márquez: “A revolução virou um artigo de consumo. A América Latina entrou em moda”.
Sob uma ótica diferente Cortázar afirma que os responsáveis pelo boom foram os próprios leitores e portanto, consumidores latino-americanos que em uma tomada de consciência coletiva descobriram autores formidáveis em seu próprio território.
Aponta também alguns pontos negativos da denominação “boom” visto que se trata de um termo norte-americano com toda a sua hegemonia que caracterizava um surgimento, um fato pontual da época quando para estes autores se tratou de um movimento literário com mais de vinte anos de desenvolvimento, repleto de heterogeneidade entre os autores,
Como observou a autora, duras críticas foram feitas à este boom provocadas também pelo escritor uruguaio Mario Benedetti que destacava a não inclusão de autores cubanos de referência reduzindo a literatura latino-americana à alguns poucos nomes do gênero narrativo excluindo nomes como Juan Rulfo, José Maria Arguedas, Marta Traba, Severo Sarduy e Guillermo Infante.
Para além de um sucesso comercial, este fenômeno consolidou autores latino-americanos como pode ser exemplificado neste rol de premiações da época:
- O Prêmio Formentor, outorgado pelo Congresso Internacional de Editores foi concedido à Borges em 1961.
- O Prêmio Biblioteca Breve, concedido pela Seix-Barral, foi outorgado aos romancistas:
- Vargas Llosa pela obra La ciudad y los perros, em 1962;*
- ao mexicano Vicente Leñero por Los albañiles, em 1963;
- ao cubano Guillermo Cabrera Infante por Tres tristes tigres, em 1964;
- ao mexicano Carlos Fuentes por Cambio de piel, em 1967;
- ao venezuelano Adriano González Leon, por País portátil, em 1968;
- ao chileno José Donoso por El obsceno pájaro de la noche, em 1969;
Ainda na mesma década, Miguel Ángel Asturias, da Guatemala, recebeu o prêmio Nobel de Literatura, o livro Sobre héroes y tumbas de Ernesto Sábato tornou-se best-seller na Itália e Cien años de soledad de Gabriel Garcia Marquez foi consagrado pelos Estados Unidos.
Do ponto de vista de Rodríguez Monegal, esses escritos demonstram a vitalidade da América Latina; Por um lado, as diferentes origens dos povos que abriga, marcados por acontecimentos repletos de destruição, morte, opressão, injustiça e progressiva desapropriação de suas riquezas; e, por outro lado, as "utopias fabulosas" instauradas pelo incessante espírito revolucionário.
Diante do êxito de tantas obras, torna-se evidente que o campo político e o mundo das letras se entrelaçaram neste período e se ajudaram mutuamente tanto no reconhecimento da literatura e dos autores latino-americanos como na utilização destas obras para legitimar o processo revolucionário que acontecia em Cuba.
Comentarios
Publicar un comentario